Sin embargo, también dejó una sensación ambigua: fuertes señales de confianza para el crecimiento de Vaca Muerta, pero también importantes dudas sobre el presente y el futuro de la industria. Más allá de los anuncios, el evento evidenció fisuras en la coordinación entre actores clave del sector energético y reveló desafíos urgentes que aún están sin resolver.
Ausencias y desacoples
Una de las ausencias más significativas fue la de las empresas dedicadas al tratamiento de residuos industriales. Este sector ha cargado con el peso del acelerado crecimiento de los desechos derivados de las operaciones en Vaca Muerta. Sin embargo, la imagen negativa recae injustamente sobre estas tratadoras, cuando en realidad las operadoras petroleras son las responsables legales de los residuos hasta su disposición final.
La falta de acuerdos entre operadoras y tratadoras refleja un problema subyacente que pocos admiten en público: diferencias sobre condiciones y precios para el tratamiento. Las operadoras no parecen tener prisa por asegurar la capacidad de gestión adecuada, lo que deja al descubierto una desconexión preocupante en la cadena productiva.
Este desacople entre las operadoras y las tratadoras responde, en parte, a la necesidad de actualizar las regulaciones ambientales. Las normativas vigentes fueron diseñadas en los primeros días de Vaca Muerta y hoy no acompañan el ritmo actual de producción. A mayor producción, mayor generación de residuos, y la capacidad de tratamiento y remediación no está a la altura de esta demanda. Esto genera un problema serio tanto en el corto como en el largo plazo.
La complejidad de la Gestión Ambiental
Comarsa, que fue una de las primeras empresas tratadoras de residuos con tecnología avanzada, ejemplifica los desafíos del manejo ambiental. Tras años de críticas por contaminación y una causa penal en su contra, la Secretaría de Ambiente de Neuquén habilitó finalmente su plan de traslado de residuos, tras una demora de más de seis meses desde el acuerdo. Sin embargo, informes recientes de la municipalidad de Neuquén no hallaron pruebas de contaminación ni aérea ni del suelo en su planta del PINO, ni indicios de afectación a la salud de los vecinos. Algo no encaja en la narrativa que durante años erosionó la reputación de la empresa.
Originalmente, la planta de Comarsa se ubicó en un parque industrial alejado de la ciudad, donde antes solo predominaba la barda. Con el tiempo, la ciudad creció sin planificación, y las familias comenzaron a asentarse cerca del parque industrial. Este desorden evidencia la necesidad urgente de políticas públicas claras y eficientes para el desarrollo sostenible de la industria en Vaca Muerta.
Infraestructura y el reto de la logística
La infraestructura fue otro tema central del evento. La finalización del oleoducto Vaca Muerta Sur resuelve parcialmente el problema de evacuación de crudo y abrirá la puerta para un aumento en la producción. Sin embargo, las rutas hacia Añelo siguen siendo una deuda pendiente, como señaló el gobernador Rolando Figueroa. Las obras de pavimentación anunciadas para rutas clave, como la 5, 7 y 8, aún requieren financiamiento, y la instalación de peajes inteligentes genera inquietud por su posible impacto en los costos logísticos.
El CEPO y las inversiones: La barrera del RIGI
Las empresas participantes en la AOG 2024 fueron enfáticas en su pedido: para que el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) sea efectivo, es necesario levantar el cepo al dólar, al menos de forma parcial. Esto permitiría la llegada de capitales y la repatriación de ganancias, aspectos fundamentales para atraer inversiones. Sin embargo, el gobierno nacional aún no ha dado señales claras de apertura. Curiosamente, es la industria del petróleo y gas la que tiene el mayor potencial para generar divisas en los próximos años, lo que hace más urgente destrabar estos obstáculos.
Industrialización en origen: Un objetivo estratégico
Otro tema que resonó en los pasillos de la Expo fue la necesidad de la industrialización en origen. El exgobernador Jorge Sapag subrayó la importancia de que provincias como Neuquén y Río Negro avancen en la creación políticas pensadas para que en el mediano plazo se radiquen industrias que agreguen valor al petróleo y gas, en lugar de limitarse a exportar materia prima. Esta estrategia no solo diversificaría la economía regional, sino que también prepararía a las provincias para un futuro en el que la relevancia de los combustibles fósiles podría disminuir.
La AOG Patagonia 2024 confirmó que la industria energética argentina atraviesa un momento decisivo, con enormes oportunidades pero también desafíos cruciales. La actualización de las regulaciones ambientales, la mejora de la infraestructura y el levantamiento de las restricciones cambiarias son algunas de las prioridades que deben abordarse. El éxito futuro del sector dependerá de la coordinación entre el gobierno, las empresas y la sociedad. Además, la industrialización en origen se perfila como una vía para asegurar un desarrollo más sostenible y diversificado, pero esto exigirá visión, voluntad política y acciones concretas.
(Artículo realizado por el Servicio de Noticias de Canal 7 Neuquén).