A doce días de la desaparición del submarino ARA San Juan en el Mar Argentino, continúa el misterio sobre qué pudo haber ocurrido con la embarcación y sus 44 tripulantes de a bordo. Este lunes se difundió el último mensaje emitido desde el buque el 15 de noviembre pasado, fecha de la última comunicación con el navío. En ese texto, se reportaba un problema con las baterías, lo que aportaría a la hipótesis más firme del caso, que indicaba que la supuesta «explosión» captada por los radares sónicos se habría producido en ese sistema de alimentación, lo que a su vez podría haber causado un eventual hundimiento.
«Ingreso de agua de mar por sistema de ventilación al tanque de baterías N°3 ocasionó cortocircuito y principio de incendio en el balcón de barras de baterías. Baterías de proa fuera de servicio. Al momento de inmersión propulsando con circuito dividido. Sin novedades de personal mantendré informado», reza el último mensaje del submarino.
La última comunicación fue transmitida por radiofrecuencia a las 8:52 del mismo 15 de noviembre, según informó el canal de noticias A24, que publicó el texto del mensaje. Casi dos horas después ocurriría el “evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear, consistente con una explosión” detectado en la zona.
El mensaje lleva la firma del capitán de Navío Claudio Javier Villamide, Comandante de la Fuerza de Submarinos, y fue recibido por el Comando de la Fuerza de Submarinos, que lo reenvió a su vez al Comando de Alistamiento y Adiestramiento, publicó el diario La Nación.
En su parte de la mañana del lunes, Enrique Balbi, vocero de la Armada, desmintió las versiones sobre un posible ataque al submarino y mencionó el episodio de ingreso de agua: «Lo comunicado fue el ingreso de agua por el snorkel, un cortocircuito y principio de incendio, para nosotros eso es humo sin llamas. Fue subsanado, aislaron la batería y navegaron con otro circuito; se propulsaba con el circuito de popa», expresó.
La hipótesis del ingreso de agua al sistema de baterías diesel del submarino surgió días después de su desaparición, cuando se reportó por primera vez la falla. Las versiones se orientaron entonces a un posible evento repentino que impidió un contacto posterior de emergencia, o el despliegue de mecanismos que le permiten al submarino emerger o enviar señales a la superficie, como bengalas y una radiobaliza satelital.
Las posibilidades barajadas por especialistas oscilaron desde la emisión de gas tóxico por un problema en las baterías hasta una explosión en cadena de éstas. Otra posibilidad es que los problemas hayan llevado a la nave por debajo de los 300 metros de profundidad máxima para la que está preparado su casco, lo que podría haber desencadenado una implosión.