En el mismo día en que Javier Milei se mostró con Santiago Peña en la visita que le hizo a Paraguay, once líderes que forman parte de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y Caribe (Celac), la mayoría de ellos de izquierda, acordaron en Honduras una declaración final en la que llamaron a la Unidad regional frente a la nueva política arancelaria de Donald Trump, aunque sin nombrarlo de manera colectiva o explícita.
El Gobierno cerró frente con Paraguay y se abstuvo en medio de un final con cierto escandalo porque el nivel de delegados que mandaron Milei y Peña era tan bajo que Xiomara Castro, anfitriona de la cumbre, dio por consensuada y cerrada la misma. Y en ese momento un tanto escandaloso se oían los reclamos a viva voz de los enviados de Argentina y Paraguay.
Las dos cancillerías protestaron este jueves. «Durante dicha Cumbre, la Argentina no otorgó su consenso para la adopción del documento titulado “Declaración de Tegucigalpa”. No obstante, la PPT hondureña intentó imponer dicho texto de manera ilegítima, invocando una figura inexistente en el marco normativo de la CELAC: el llamado “consenso suficiente”,’dijo en un comunicado el equipo de Gerardo Wethein.
Al mismo tiempo, la ausencia del Gobierno y la Cancillería Argentina sufrió un duro golpe y un retroceso diplomático frente al Reino Unido puesto que la declaración final, a diferencia de las que son históricas ya, incluyendo una con Celac-Europa, no incluyeron el reclamo de soberanía argentino por las Malvinas.
El canciller Werthein decidió enviar al director de asuntos regionales, el diplomático Alexis Am, lo que fue interpretado en términos diplomáticos como una ofensa a los demás países de América Latina. Clarín consultó en el Ministerio durante toda la semana a quién iban a mandar, una información que deber ser pública y habitual, pero no recibió respuesta.
Fueron Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil, Claudia Sheinbaum de México y Gustavo Petro de Colombia.
La cumbre congrega a 33 países y esperaban que de Argentina -que decidió con el gobierno de Milei degradar este espacio- hiciera al menos lo que hacia el ex presidente Luis Lacalle Pou: hacia presencia e imponía su posición. Es un espacio creado por el eje bolivariano principalmente de contrapeso a la Organización de Estados Americanos, pero muchos lideres de centro derecha la aprovechan para hacer sus críticas a las dictaduras de la región, como lo hizo Lacalle Pou.
Werthein que debería haber enviado al vicecanciller Eduardo Bustamante o al Subsecretario Juan Navarro optó por una ausencia casi total. La otra figura que sino podría haber representado al país podría haber sido la vicepresidenta Victoria Villarruel como lo hizo en su momento Gabriela Michetti porque Mauricio Macri no quiso ir. Pero sin nadie, Argentina pierde espacios.
Y en parte se entiende ante el pánico generalizado por la apertura de un inédito sumario en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto por el conocido voto argentino ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en favor del levantamiento del embargo comercial a Cuba. Este se utilizaba para cuidar los apoyos a la Argentina en la cuestión Malvinas ante el Comité Especial de Descolonización y otros organismos, como la CELAC.
Y a su vez es una postura en favor de una filosofía pro libre comercio. El voto ese obtuvo 187 votos a favor, 2 en contra, Estados Unidos e Israel y una abstención de Moldavia. Pese a que ese voto en favor del levantamiento del embargo de EE.UU. la isla es una constante en la posición diplomática argentina desde 1995 -o sea con Carlos Menem- le costó el cargo a Diana Mondino y a toda la plana de sus diplomáticos, que tienen sumario abierto por hacer su trabajo técnico frente a la votación. Mondino fue reemplazada por Werthein.
Para el caso, fue el vicecanciller Bustamante quien instruyó el voto afirmativo hacia Cuba, tras sus consultas de rigor en la Casa Rosada con el director de Comunicación Digital, Juan Carreira, alias @juandoe en las tribus libertarias digitales, y el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo. Todos responden a Santiago Caputo. Fue desde el equipo del asesor presidencial desde donde le elaboraron el mensaje al presidente Milei del último 2 de abril, que generó polémica y denuncias legales. Porque si bien marcó como argentinas a las Malvinas, el texto dio a entender un derecho de autodeterminación a los isleños que la Argentina no les concede.
Es tan contradictorio el hecho, que en la misma reunión de la Celac, del año pasado, en San Vicente y las Granadinas, el gobierno de Milei sí aprobó una declaración que pidió el fin del embargo a Cuba y ahí sí obtuvo apoyo por Malvinas.
Ahora no. Pero curiosamente, los cancilleres y presidentes gobiernos a los que Milei critica o ignora como el régimen cubano, el uruguayo Yamandú Orsi y la hondureña Xiomara Castro, hicieron este miércoles criticas a lo que llamaron una “situación colonial” del Reino Unidos frente a las Malvinas. Pero fue de manera individual.
Argentina no quiso hacer firma con ellos o hacer un pie de la declaración para no unirse a las criticas a las políticas de Trump.
Todo esto ha causado una profunda crisis dentro de la Cancillería, que ya estaba paralizada per se desde el despido de Mondino. Afirman con bronca que, en los últimos meses para recargar sobre los funcionarios de carrera más identificados con el PRO, llamaron a los diplomáticos a declarar, pero no a todos los que estaban en el corazón de la Cancillería hasta octubre. Varios lograron ser muy bien reubicados por Werthein entre ellos Bustamante, que sigue en su cargo pese a estar sumario,: el vocero de Mondino, Gerardo «Gerry» Bartolomé -se desconoce si lo incluyeron o no- logró ser enviado a una plaza muy solicitada como el consulado en Nueva York y Cristina Dellepiane, ahora a cargo de la administración del Ministerio.
Qué dice la declaración de Tegucigalpa
Una mayoría de líderes de la Celac decidió adoptar por lo que llamaron «consenso suficiente» de 30 Estados su Declaración de Tegucigalpa. Con eexcepción de Argentina, Nicaragua y Paraguay, se comprometieron al fortalecimiento de la misma y de sus mecanismos.
La Declaración de Tegucigalpa ratificó la plena vigencia de la denominada Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz. Esta tiene como base el respeto a los propósitos y principios de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional, la cooperación internacional, la democracia y el Estado de Derecho, el multilateralismo, la protección y promoción de todos los derechos humanos. También el respeto a la autodeterminación, la no injerencia en los asuntos internos, la soberanía y la integridad territorial.
El documento rechazó, la imposición de medidas coercitivas unilaterales, contrarias al Derecho Internacional, incluidas las restrictivas al comercio internacional.
A través de la declaración, los lideres de la Celac pidieron que el próximo secretario general de la Organización de las Naciones Unidas sea de América Latina o el Caribe, entre los que se candidatea el argentino Rafael Grossi, director general actual de la Organización Internacional de Energía Atómica, AIEA según sus siglas en inglés. En su documento, los lideres no dieron nombres ni hablaron de países pero sí de que «los nueve Secretarios Generales que ha tenido la ONU hasta la fecha, solo uno provino de un Estado de la región» y recordaron que el cargo «nunca ha sido ocupado por una mujer.».
La Declaración de Tegucigalpa evitó hablar de Cuba, de Venezuela, de Palestina y no expresó solidaridad alguna por Malvinas pero sí se pronunció en favor de la estabilidad de Haití. Todos los lideres que estuvieron presentes aprovecharon para, de manera individual, en sus discursos, criticar las deportaciones masivas de inmigrantes que está motorizando Trump, muchos de los cuales terminan en la temida cárcel antiterrorista de El Salvador que levantó Nayib Bukele.
Posteriormente, en su comunicado de repudio y exigencia del «respeto al principio de consenso en la CELAC» y su denuncia de «la violación de procedimientos», la Cancillería manifestó: «La República Argentina deja constancia formal de que la denominada ‘Declaración de Tegucigalpa’ carece de validez y no puede ser considerada un documento oficial de la CELAC. En este sentido, se ha remitido una nota a todos los Estados Miembros requiriendo a la Presidencia Pro Témpore que se abstenga de presentar como válida o representativa cualquier declaración que no cuente con el consenso expreso de la totalidad de los Estados.»
También recordó que en la Celac hay regímenes autoritarios y no democráticos que no deberían ser permitidos, sin nombrar cuáles.
Esta es la segunda vez que Milei y Peña se niegan a aprobar un documento de la Celac. Pero es la primera vez que los ignoran y aprueban un texto por este giro forzado de «consenso suficiente».
Fuente:Clarin