La falta de reacción estatal en las primeras horas del desastre evidenció las consecuencias de esta decisión. Mientras los ministros de Seguridad y Defensa, Patricia Bullrich y Luis Petri, se trasladaron a la zona para coordinar la respuesta, Pettovello no hizo acto de presencia.
La ayuda enviada desde su cartera se limitó a productos de higiene y materiales de construcción, transportados por las Fuerzas Armadas. Sin embargo, fuentes provinciales denunciaron que solo se enviaron “80 colchones” para una población de 300.000 habitantes, de los cuales el 70 % fue afectada por el fenómeno, según señaló el propio Intendente Federico Susbielles.
Además, Capital Humano no suministró alimentos a la población afectada, admitiendo que no cuentan con stock en la actualidad. Esta situación se conoció en medio de una denuncia del dirigente social Juan Grabois sobre la escasez de suministros en comedores populares, lo que llevó a una orden judicial para que el ministerio informe su inventario de alimentos en un plazo de 48 horas.
Desde el Gobierno sostienen que la eliminación de la Dirección Nacional de Emergencias no fue una medida improvisada, sino que sus funciones fueron absorbidas por los ministerios de Seguridad y Defensa. No obstante, esto significó la desaparición de equipos especializados en respuestas inmediatas y asistencia post-catástrofe.
Importancia de la Dirección desmantelada
Para comprender el impacto de esta pérdida, fuentes gremiales citadas por Infogremiales, recordaron el rol clave que tuvo la Dirección durante los incendios en Corrientes en 2022. En aquella ocasión, en menos de 48 horas se desplegó un operativo con distribución de agua potable, kits de limpieza, colchones, frazadas, ropa y alimentos, además de relevamientos posteriores para gestionar ayudas económicas a las familias damnificadas. Con la disolución del organismo y de los centros de referencia locales, este tipo de asistencia ha quedado sin un ente específico a cargo.
Ante la crisis en Bahía Blanca, la gobernación bonaerense envió a Pettovello un pedido formal de ayuda, detallando la situación de las familias afectadas y recordando que, en los últimos dos años, 50 municipios de la provincia sufrieron inundaciones sin recibir asistencia del Gobierno nacional.
Justificación inexplicable
Desde Capital Humano justificaron la eliminación del organismo argumentando que existía una “superposición de áreas” y aseguraron que la atención ante emergencias quedará en manos del Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo (Sinagir), bajo la órbita del Ministerio de Seguridad. Sin embargo, la incertidumbre persiste sobre si este nuevo esquema podrá garantizar la misma capacidad de respuesta que el equipo desmantelado.
El cierre de la Dirección Nacional de Emergencias ha generado críticas de distintos sectores y ha puesto en evidencia una preocupante falta de planificación en la gestión de crisis. La emergencia en Bahía Blanca ha sido la primera prueba de este modelo, dejando dudas y preocupación entre los damnificados y los gobiernos locales, que ahora deben enfrentar catástrofes sin el respaldo estatal que existía previamente.
(InfoGEI)Ac