Desde hace unos meses, el gobierno sostiene que los salarios registrados privados han recuperado el terreno perdido desde finales de 2023. Sin embargo, las ventas de supermercados, así como las consumos de los principales productos de la canasta de alimentos (yerba, carne, leche) muestran caídas sensible que no dan cuenta de mejora, al menos en los niveles del salario mencionado.
La pregunta es ¿Cómo comparar estas variables para entender dicho fenómeno?
Con el objetivo de analizar el comportamiento del consumo (ventas de supermercado) en relación al poder de compra (salario real del sector privado registrado), procedimos a correlacionar ambos indicadores.
El resultado ha sido contundente: no tiene sentido sostener que existe recuperación salarial en los niveles que menciona el gobierno. En términos teóricos, convalidar la tesis oficial implicaría aceptar que buena parte de la sociedad está en condiciones de consumir los mismos bienes que en noviembre de 2023 (leche, carne, yerba, etc), pero elige no hacerlo.
Tal como venimos sosteniendo, la causa de esta divergencia es otra: la medición de inflación del INDEC, por la que se deflacta los salarios, no representa los verdaderos consumos de los argentinos porque subpondera el peso de servicios (luz, gas, transporte). Como se explica en el segundo apartado de este informe, la clave son los ponderadores que, si se actualizaran con la Encuesta de Gasto de Hogares 2017-2018, darían como resultado 8,5% más de inflación desde la asunción de Milei.
Fuente: Centro Economía Política Argentina, (CEPA)