Por su parte, un informe de LCG indicó que el aumento de carnes por encima del promedio general explicó el 41% de la inflación semanal, al aumentar 0,8%. El nivel general presentó un avance de 0,7 puntos porcentuales.
“Habrá que esperar para ver si es una tendencia que se confirma o si los precios se reacomodan hacia abajo. Durante 2024, el negocio ganadero corrió por detrás de la inflación por lo que entendemos que el mapa de precios comenzó a reacomodarse”, agregó el mismo especialista.
Desde una importante cadena con presencia en toda la capital federal, precisaron cuáles son los precios por kilo que se están manejando en la actualidad:
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- Con todo, la dispersión de precios sigue siendo enorme. En la provincia, los precios son bastante menores en algunos cortes. Por ejemplo, un kilo de lomo cuesta $11.500, la entraña $9.200, nalga $9.500 y vacío $9.200. En la Ciudad, se pueden conseguir precios más económicos en los supermercados. En una de las cadenas más grandes, el asado ronda los $6.000, el roast beef $6.400, vacío $11.400 y bola de lomo $8.150.
En este marco, Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), aseguró: “Yo creo que los aumentos son circunstanciales y no se van a mantener en el tiempo. Hay poca hacienda y entonces esta semana se ha pagado algo más en el mercado. Da toda la sensación que es una postura forzada por los matarifes que necesitan vender más caro porque aumentaron mucho los costos, sobre todo combustibles, salarios y energía eléctrica. Por este motivo, vienen trabajando prácticamente sin margen durante todo el año y no pueden trabajar gratis”.
Por otra parte, hay que destacar que el consumo per cápita de carne vacuna en Argentina llegó a 47,2 kilos por habitante por año, marcando el nivel más bajo en 28 años como resultado de la pérdida de poder adquisitivo. Los datos relevados por CICCRA indican que la recuperación en los ingresos de los consumidores, clave para reactivar el mercado interno, no se reflejaría hasta febrero o marzo del próximo año.
Y agregó: “El consumo de carne ha replicado las variaciones del salario real en la última década y, al igual que éste, ha mostrado una clara tendencia a la baja. En otras palabras, el consumo de carne cayó conforme caía el poder adquisitivo real de los salarios promedio en el país. De hecho, si se mide la correlación entre estas dos variables mediante una regresión se tiene que el 77% de la variación en el consumo de carne bovina desde el año 2010 se explica por las variaciones del salario real”.
Schiariti dijo que la carne vacuna ha sido reemplazada por otras opciones como el pollo y el cerdo, que son más económicos. De todas maneras, según datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), el precio de la carne vacuna subió un 33% entre enero y octubre de 2024, mientras que el pollo y el cerdo experimentaron aumentos de 176% y 173%, respectivamente.
Fuente: Télam