El juicio de Milei

Argentina 22/10/2024.- Desde el regreso de la democracia, se ha dicho de todo –a favor y en contra– de cada presidente, pero en ningún caso la pregunta sobre la idoneidad para ejercer el cargo ha sido tan justificada, intensa y persistente como con Javier Milei. La misma volvió con fuerza el domingo a la noche debido a una entrevista que le concedió a TN.

No es que en gestiones anteriores a la actual no hayan habido escándalos, denuncias de corrupción, conflictos de poderes, extravagancias y otros hechos que motivaron también interrogantes. Por caso, difícilmente Alberto Fernández hubiese terminado su mandato si se hubiesen destapado antes las acusaciones de violencia de género que hoy lo tienen ocupado en los tribunales. Sin embargo, el problema del carácter del actual jefe de Estado ha estado presente desde el inicio de su carrera política hace tres años y lo acompaña hoy con estrépitos recurrentes.

De dicha entrevista –otra vez perturbadora por definiciones, tonos y gestos– cabe destacar, por lo menos, dos momentos:

  • Consultado sobre la interna desatada en el peronismo, dijo que «no es un problema para mí, es un problema de la oposición. También hay una parte de morbo y es que me encantaría meterle el último clavo al cajón del kirchnerismo con Cristina (Fernández de Kirchner) adentro«.
  • Hablando contra el periodista Marcelo Bonellile dijo a su entrevistador –colega del mencionado– que «una de las cosas que yo hago es trackearlos a ustedes. Yo los trackeo. Y hay algunos que tienen un problema que estadísticamente se llama autocorrelación: se equivocan siempre del mismo lado. El señor Bonelli se equivoca siempre del mismo lado».
  • Sobre lo primero nos vamos a extender desde la sección siguiente de desPertar; sobre lo segundo, cabe simplemente preguntarse con qué recursos técnicos, humanos y presupuestos realiza dicho escrutinio –motivado por su deseo personal, no por una cuestión de Estado–, base de infinitos ataques cotidianos y promovidos, como escribió ayer con lujo de detalles Hugo Alconada Mon en La Nación, por «influencers libertarios (que) declaman contra el Estado, pero trabajan como funcionarios y acomodan a familiares».Lo interesante es que Milei parece esforzarse cada día no sólo para ajustar el gasto, reducir la inflación y «romper todas las bases de esta mentira llamada Estado», sino además para completar la mayor cantidad de casilleros posibles en la planilla de causales de juicio político.
  • «Lógica de la aniquilación»

  • Cristina Kirchner le respondió en un largo posteo en X, en el que lo acusó de «amenazar con mi muerte» y en el que lo hizo «responsable a usted y a los medios que han habilitado discursos de violencia sin límites –que finalmente terminan con un intento de disparo en la cabeza–, no sólo de lo que me suceda a mí, sino a otros peronistas, integrantes de otras fuerzas políticas opositoras y organizaciones libres del pueblo«.El mandatario mandó a periodistas amigos a explicar que «habla cómo muchos desearían hablar en la calle y no les sale» y reposteó mensajes de esa índole en las redes sociales. Finalmente, salió declararse cultor de la metáfora a título personal.
  • Claramente no entiende su responsabilidad ni el peso de sus palabras como presidente, lo que pone en ridículo la defensa de que lo suyo fue un alarde poético. Así lo explicó Juan Rezzano en Letra P, en una nota editorial que habla de una «lógica de la aniquilación» y que vale mucho más que los dos tramos que se transcriben a continuación:
  • «Desde el estudio de la señal de noticias, el periodista que lo entrevistó, Franco Mercuriali, calificó de ‘fuerte’ la frase del mandatario, pero relativizó: ‘Es una metáfora’. Acaso Mercuriali no recuerde que la historia reciente de la Argentina probó, por si hacía falta, que hay personas fanáticas, cargadas de odio, enfermas de literalidad, que no son capaces de distinguir ese tipo de abstracciones y son capaces, en cambio, de interpretar una metáfora como una orden o, al menos, una invitación a hacer realidad las fantasías de sus líderes».
  • «El 1 de septiembre de 2022, Fernando Sabag Montiel, una de esas personas cargadas de odio –al kirchnerismo, en su caso-, incapaces de reconocer la sutileza de una metáfora, gatilló dos veces su pistola Bersa a diez centímetros de la cara de Cristina Fernández de Kirchner. El arma no funcionó. Habría matado a la entonces vicepresidenta».
  • Milei es un hombre que, como lo demuestra en su manejo de la economía, carece totalmente del sentido de la eficiencia, entendida como «la capacidad de lograr los resultados deseados con el mínimo posible de recursos». Entonces, si para abatir la inflación hunde la actividad en una recesión pavorosa y prolongada, para meter el dedo en la llaga actual del peronismo se descuelga con una frase que constituye una incitación al odio y a la violencia.Si pensara que polarizar con CFK le resulta más conveniente que hacerlo, por caso, con Axel Kicillof, el ineficiente presidente podría darse por satisfecho por haberle dado, con las numerosas reacciones de solidaridad que generó –desde la del propio gobernador bonaerense hasta la de la Confederación General de Twitter, conocida como CGT, y la de Ricardo Quintela–, la unanimidad que el peronismo no muestra en relación con la próxima elección de sus autoridades. Sin embargo, eso es chiquitaje, no es lo importante. Lo que interesa es la gravedad de sus dichos.

    Por su contenido, entre esas reacciones sobresalieron la del mandatario riojano y la de su apoderado, Jorge Yoma, quien le achacó al anarcocapitalista «incapacidad moral manifiesta» y «mal desempeño de sus funciones». Básicamente, dos causales de juicio político. De hecho, el senador peronista Carlos Linares ya presentó un pedido en ese sentido.

  • Milei es un hombre que, como lo demuestra en su manejo de la economía, carece totalmente del sentido de la eficiencia, entendida como «la capacidad de lograr los resultados deseados con el mínimo posible de recursos». Entonces, si para abatir la inflación hunde la actividad en una recesión pavorosa y prolongada, para meter el dedo en la llaga actual del peronismo se descuelga con una frase que constituye una incitación al odio y a la violencia.Si pensara que polarizar con CFK le resulta más conveniente que hacerlo, por caso, con Axel Kicillof, el ineficiente presidente podría darse por satisfecho por haberle dado, con las numerosas reacciones de solidaridad que generó –desde la del propio gobernador bonaerense hasta la de la Confederación General de Twitter, conocida como CGT, y la de Ricardo Quintela–, la unanimidad que el peronismo no muestra en relación con la próxima elección de sus autoridades. Sin embargo, eso es chiquitaje, no es lo importante. Lo que interesa es la gravedad de sus dichos.

    Por su contenido, entre esas reacciones sobresalieron la del mandatario riojano y la de su apoderado, Jorge Yoma, quien le achacó al anarcocapitalista «incapacidad moral manifiesta» y «mal desempeño de sus funciones». Básicamente, dos causales de juicio político. De hecho, el senador peronista Carlos Linares ya presentó un pedido en ese sentido.

  • Trackee esto, presidente
  • Ya en la campaña, Letra P advirtió que Milei constituía un riesgo para la convivencia democrática.La Constitución Nacional aborda la figura del juicio político en sus artículos 53, 59 y 60, y establece en el primero de ellos los causales admisibles. Puntualmente, mal desempeño, delito en el ejercicio de la función o crímenes comunes.
  • La figura del «mal desempeño» es calculadamente ambigua y de interpretación subjetiva. Ocurre que el juicio político es, primero, político, y luego juicio, esto es no tiene una lógica penal ni conlleva –por mandato de la propia Carta Magna– consecuencias de esa índole.desPertar abordó este tema varias veces y en una de las últimas señaló algunas –sólo algunas– de las conductas del mandatario que justificarían la realización de un proceso de impeachment en su contra. Se dijo:
  • Milei da muestras continuas de desequilibrio emocional.
  • Nunca aclaró los indicios de que se mantiene conversaciones con perros muertos. Es más, se ha negado a detallar cuántos canes viven en Olivos, incluso limitando el acceso a información pública a través del llamado «decreto Conan», publicado en el Boletín Oficial.
  • Promueve en las redes sociales –desde la propia Casa Rosada, según han denunciado, entre otros medios, ClarínNoticias y La Política Online– una ofensiva continua de acoso y difusión de noticias falsas.
  • Calumnia, injuria e intimida permanentemente a periodistas, medios, políticos y economistas. Y hasta difunde actos de hostigamiento contra sus familiares.
  • Ha incurrido en dichos lindantes con la apología del delito al alentar la evasión de impuestos y la compra de divisas en el mercado blue sin el correspondiente registro.
  • Está acusado de ser un plagiador serialincluso en discursos oficiales ante organismos como la ONU.
  • Abunda en actitudes indecorosas, incita a la violenciaamenaza con violar los derechos humanos y derrocha expresiones discriminatorias, especialmente homofóbicas.
  • Por qué un juicio político no es posible ni deseable

  • La base está para un para un juicio político está, pero eso no es lo que importa. Lo que falta totalmente es contexto.Primero y más inmediato, aunque no sea lo central, porque probablemente no habría dos tercios en Diputados para avanzar con la acusación ni otro tanto en el Senado para destituirlo. Lo ocurrido con las leyes de alivio a los jubilados y de financiamiento a las universidades nacionales así lo indican.

    De hecho, un dato crucial fue ayer el silencio estruendoso de la práctica totalidad del arco político no peronista respecto de los dichos de Milei sobre CFK.

  • Facundo Manes posteó un video en el que denunció el «odio» con el que gobierna el Presidente y alertó sobre sus «tendencias autoritarias». De Cristina Kirchner en sí no dijo nada, pero eso es lo mejor que se consigue en plaza.Más interesante resultó lo que afirmó Mauricio Macri durante una presentación en Córdoba. «Milei a veces es demasiado violento, los ‘viejos meados’ creemos en otro tipo de formas», ironizó. Más llamativamente, señaló que «la gente votó a alguien sabiendo que tenía una psicología especial (…), alguien con un mandato destructivo y de confrontación», con el cual, sin embargo, pareció estar de acuerdo porque «la autenticidad lo vale». Insólito.

    Hasta el gorila más peludo en esto es peronista: al enemigo (léase CFK) ni justicia.

    Más allá de las actitudes de la oposición que hasta hace poco se autopercibía republicana, lo central es, en segundo lugar, que no se destituye a un presidente que goza de los niveles de popularidad de Milei, si no mayoritarios, seguramente cercanos o superiores al 40%. Esto le daría a una remoción un aspecto de complot de casta, con potencial incluso de desatar hechos de violencia social.

    Por todo eso, aunque el juicio político es una herramienta constitucional tan válida como el veto presidencial, la parte de la política que se siente verdaderamente opositora no debería buscar atajos en el actual contexto.

    El camino corto podría seducir porque ayudaría disimular disidencias como las que muestra en estos días el peronismo, patearlas para el futuro, mantener las indefiniciones y evitar los malos tragos de consensuar –o dirimir en las urnas– programas y nombres. Pero eso es una fantasía.

    El testimonio, la construcción, el diálogo, el trabajo cotidiano para marcar límites e impulsar proyectos son caminos más engorrosos, pero imprescindibles.

  • La violencia oficial preocupa y, como advirtió en Letra P el sociólogo y antropólogo Pablo Semán, «por la vía económica y política, el Gobierno pretende avanzar hacia la liquidación del patrimonio social de la Argentina (sindicatos; organizaciones sociales; modos de contratación; bienes y servicios públicos; protecciones al consumidor) con el objetivo mínimo de que no se planteen como posibles los avances del pasado». Milei, insiste el autor, no es una distopía, sino una suerte de bola de demolición.En ese afán, el Gobierno anunció la disolución de la AFIP y su reemplazo por una Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA).

    «El Gobierno anuncia que muy felizmente la Administración Federal de Ingresos Públicos dejará de existir a partir de hoy», se emocionó Manuel AdorniBien por terminar con algunos sueldos astronómicos que, al parecer, se pagaban. ¿Pero el nuevo ente será más o menos eficaz? Según el dogma anarcocapitalista no basta con reformar el organismo; el deleite pasa por liquidarlo, aunque se lo reemplace por otro. Más flaco y tal vez menos potente, eso sí.

    Una perla: el desembarco de Andrés Vázquez en la «nueva» DGI provoca cierta sorpresa si se recuerda su rol en el enfrentamiento del kirchnerismo con Clarín y una vieja denuncia por presunta transferencia de fondos no declarados al exterior.

  • Según el vocero, la medida implica «la reducción del 45% de las autoridades superiores y del 35% los niveles inferiores de la estructura actual», la reubicación y el pase a disponibilidad de nada menos que «unos 3.100 empleados» y un ahorro de «6.400 millones de pesos».Fue el debut de la «deep (profunda) motosierra» prometida por Federico Sturzenegger y ratificada por Milei como permanente en la entrevista con TN.

    El anuncio tuvo el esperable aire anarcocapitalista que festeja una liberación del «yugo fiscal», con posteos y memes incluidos.

  • Lo curioso es que se haya conocido cuando se espera para el jueves la decisión del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), que podría poner a la Argentina en una lista gris de países que requieren un monitoreo más estrecho sobre sus políticas contra el lavado de dinero.El Gobierno no se anima a hacer pronósticos sobre lo que ocurrirá en torno a ese tema sensible al interés no solo de la propia Argentina, sino también de los Estados Unidos, con el que supuestamente ha decidido alinearse. El lavado de activos puede encubrir y alimentar el terrorismo, el narcotráfico o la trata de personas, entre otros crímenes graves. 

    Alega que la evaluación incluye la era de Alberto Fernández y que sobre eso es poco lo que puede hacer, pero no explica los efectos que podrían tener las permanentes alusiones de Milei a los impuestos como «un robo», sus homenajes a los «héroes» que fugan capitales, el blanqueo ultrageneroso en curso y, si es que llega a ser evaluado, el adelgazamiento de la agencia encargada de perseguir la economía en negro.

    Cabe recordar que Milei declaró en abril que la opinión del GAFI le importaba «un rábano» porque «algunas cosas que los políticos definen como delito para mí no son delito».

  • El jueves se sabrá si esa opinión, en caso de serle negativa, puede resultarle tan fácil de ignorar.
  • Fuente:Letra P
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