El informe de Oxfam Intermón, la filial española de la organización dedicada a la cooperación para el desarrollo, destaca además que la profundización de la brecha entre los países emergentes contra aquellos industrializados, dado que no solo concentran la mayor cantidad de población sino también apenas un tercio de la riqueza mundial.
Esta alarmante afirmación se presentó en el marco de las sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde se discutieron los desafíos más apremiantes del planeta, como la pobreza y la crisis climática. La mención de estos desafíos globales, enmarcados en el documento «Pacto del Futuro», fue cuestionada por algunos disertantes, como el presidente Javier Milei.
«La era de la oligarquía global»: detalles del informe de Oxfam
«La sombra de la oligarquía mundial se cernió sobre la Asamblea General de las Naciones Unidas», afirmó Franc Cortada, director de Oxfam Intermón, en su presentación. «Los ultrarricos y las megaempresas que ellos controlaron conformaron las reglas del juego a su favor, a costa del resto de la población», agregó.
El informe también reveló que el 1% más rico poseía el 43% de todos los activos financieros globales y que dos multinacionales dominaban el 40% del mercado mundial de semillas. Los tres grandes fondos estadounidenses (BlackRock, State Street y Vanguard) gestionaron alrededor de 20 billones de dólares en activos, lo que representó casi una quinta parte de todos los activos de inversión en el mundo.
Desde 2020, la riqueza conjunta de los cinco hombres más ricos del planeta se duplicó, mientras que la riqueza acumulada de cerca de 5.000 millones de personas disminuyó.
Cortada subrayó que «las penurias y el hambre fueron una realidad cotidiana para muchas personas alrededor del mundo. A este ritmo, se necesitan 230 años para erradicar la pobreza; sin embargo, en tan solo 10 años, podríamos haber tenido nuestro primer billonario». Esta situación puso de manifiesto cómo una enorme concentración de poder empresarial exacerbó la desigualdad en la economía global.
En otro apartado, el informe destacó que más de un tercio de las 50 mayores empresas del mundo contaban con un milmillonario como director ejecutivo o accionista principal. La capitalización bursátil total de estas empresas ascendió a la asombrosa cifra de 13,3 billones de dólares.
Según Oxfam, los datos de UBS corroboraron que la influencia de los milmillonarios en la economía «se disparó». En tanto, la ONG advirtió que en esta «era de oligarquía global», los esfuerzos colectivos para abordar problemas críticos fueron amenazados por la concentración de poder en manos de unos pocos.
La brecha entre países pobres y ricos
Esto también puede leerse en línea con las brechas existentes entre países pobres y ricos. A pesar de que los países emergentes, catalogados bajo el sello del «Sur Global», representaron el 79% de la población mundial, solo poseían el 31% de la riqueza global.
Esta discrepancia puso de relieve la profunda desigualdad que prevaleció en el mundo. Oxfam señaló que la «híper concentración de poder y riqueza» alimentó la desigualdad tanto dentro de los países como entre ellos.
Cortada destacó que, «aunque el mantra fue que la rivalidad entre grandes potencias socavó el multilateralismo, la realidad fue que la desigualdad extrema jugó un papel clave«.
A modo de conclusión, Oxfam instó a la acción multilateral para impulsar un nuevo marco de fiscalidad internacional, la cancelación de la deuda pública y la creación de nuevas leyes de propiedad intelectual que fueran efectivas en el contexto de futuras pandemias. Su representante concluyó que «solo un multilateralismo basado en la equidad y la justicia pudo revertir la intensificación del poder de una oligarquía global».
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