En 1520, el navegante portugués Fernando de Magallanes atravesó por primera vez el estrecho que luego llevaría su apellido. Así se abrió una ruta crucial entre los océanos Atlántico y Pacífico. Durante siglos, este paso fue vital para el comercio internacional hasta que la apertura del Canal de Panamá, en 1914, desvió gran parte del tráfico hacia el norte.
Sin embargo, el territorio conocido como Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur continúa siendo de vital importancia geopolítica debido a su ubicación estratégica y sus recursos naturales.
Situada en el extremo más austral del continente americano, la región conecta a los dos océanos más grandes del mundo a través de rutas marítimas esenciales, como el Estrecho de Magallanes y el Canal Beagle.
Rutas marítimas y su control estratégico
Tres pasos marítimos fundamentales convergen en Tierra del Fuego: el Estrecho de Magallanes, el Canal Beagle y el Pasaje de Drake. Estas rutas bioceánicas son alternativas estratégicas al Canal de Panamá y son compartidas, en algunos casos, por Argentina y Chile, lo que ha provocado tensiones históricas entre ambos países.
Proximidad a la Antártida y proyección de soberanía
La Antártida, que alberga cerca del 70% de las reservas de agua dulce del planeta y una gran cantidad de minerales, adquiere importancia geopolítica en un contexto de cambio climático y creciente demanda de agua potable. La Argentina mantiene una presencia continua allí desde 1904 con la Base Orcadas, la estación más antigua en funcionamiento en el continente.
Ushuaia, la ciudad más austral del mundo, se encuentra a solo 1.000 kilómetros del continente blanco. De hecho, es el puerto principal para expediciones científicas y turísticas, con más de 400 cruceros anuales. Además, la reciente ampliación de su puerto de aguas profundas consolida su rol como centro logístico clave en aquel lugar.
Riqueza de recursos naturales y desarrollo energético
Tierra del Fuego es estratégica por su ubicación, pero también por su abundancia en recursos naturales. La provincia produce aproximadamente 3.800 barriles de petróleo por día y alberga proyectos estratégicos como la plataforma Fénix, la cual permitirá que el aporte de Tierra del Fuego al gas natural del país alcance el 20% una vez operativa.
Además de los hidrocarburos, el interés por esta provincia viene creciendo gracias a su capacidad para desarrollar energías renovables, como la energía eólica y el hidrógeno verde, considerado el combustible del futuro. Esto posiciona a la provincia como un jugador clave en el suministro de fuentes sustentables.
“El hidrógeno y el acero verde representan enormes oportunidades, y posicionan a Tierra del Fuego como un potencial proveedor clave de energía limpia en el futuro”, señala el economista Juan Ignacio García.
Las aguas que rodean a esta provincia y a las Islas Malvinas son una de las mayores reservas de proteína animal del mundo, lo que sostiene una potente industria pesquera. Sin embargo, esta riqueza también atrae a flotas internacionales que operan ilegalmente en la zona, lo que genera pérdidas significativas para Argentina. En ese sentido, el politólogo Leandro Ocón explica que “ejercer soberanía en Tierra del Fuego es vital para contrarrestar la presencia de potencias extranjeras en el Atlántico Sur.
La promoción industrial como herramienta de soberanía
Desde 1972, la Ley 19.640 es fundamental para el desarrollo económico e industrial de Tierra del Fuego. Este régimen fue implementado para fortalecer la presencia argentina en una región clave y permite el crecimiento poblacional e industrial de la provincia.
La continuidad del régimen es fundamental para reforzar la soberanía nacional y su proyección hacia la Antártida y el Atlántico Sur. Según Ana Vainman, directora ejecutiva de AFARTE, afirmar que esta normativa es cosa del pasado es no comprender la realidad en la que estamos inmersos.
“Tierra del Fuego sigue siendo un punto estratégico, no solo por su conexión bioceánica y proximidad a la Antártida, sino también por el creciente interés en la economía azul y el potencial industrial”, agregó la ejecutiva.
Con más de 5.000 zonas de promoción económica activas en el mundo, la continuidad de este régimen cobra una relevancia mayor. “En un escenario internacional marcado por tensiones comerciales y proteccionismo, esto es clave para proteger sectores estratégicos como la industria, la tecnología y la agricultura. Es necesario implementar estas políticas de manera más eficiente”, explica el sociólogo Fernando Chiesa, cofundador de FINNOVA.
La continuidad del régimen de promoción fueguino resulta esencial para fortalecer la proyección de soberanía argentina sobre la Antártida y el Atlántico Sur, y para enfrentar la creciente competencia internacional, en particular de Chile, que ha intensificado sus inversiones en la región de Magallanes
Frente a este panorama, Tierra del Fuego vuelve a ser un territorio clave en la geopolítica global. Su ubicación estratégica, sus recursos naturales y su rol en la transición energética han despertado el interés de diversas potencias, lo que puede traducirse en importantes beneficios para Argentina.
Fuente:infobae