La Corrupción en la Argentina: un diagnóstico de la actual situación, primera parte.

Rio Grande 10/11/2021.- Este trabajo pretende brindar un marco para el análisis del fenómeno de la corrupción en Argentina. Para ello, nos concentramos en el estudio de la situación actual desde una perspectiva cuantitativa y cualitativa, analizando los datos de corrupción recopilados por agencias especializadas, pero también analizando el desempeño de las instituciones en la lucha contra la corrupción. A continuación, analizamos la experiencia internacional en materia de política anti corrupción, para concluir el trabajo con algunas lecciones de política para la Argentina derivadas de la evidencia aportada en este trabajo.

1. Evolución reciente de la corrupción en la Argentina Un primer punto central que nos interesa evaluar a la hora de estudiar el fenómeno de la corrupción en la Argentina es su evolución en los últimos años. Como paso previo a todo
análisis cualitativo de la corrupción, es preciso tomar conciencia de la evolución de la incidencia del fenómeno; no es lo mismo lidiar con la corrupción cuando ésta es un fenómeno de creciente importancia y de incidencia generalizada que cuando su incidencia es leve y decreciente.
Como se destaca en toda la literatura del tema (ver, por ejemplo, Seldadyo y De Haan 2006), la corrupción es un fenómeno abstracto cuyo concepto aún se discute, por lo que no existe una medida universalmente aceptada y confiable de la incidencia de la corrupción en un país. En cambio, se cuenta con una gran cantidad de índices de diferentes características que intentan llegar a una medición aproximada del fenómeno.
Partiendo de esto, nuestra intención en nuestra sección es aproximarnos a un análisis de la corrupción en Argentina a través de los diversos indicadores disponibles, con el fin de encontrar las tendencias comunes evidenciadas por las series utilizadas.

1.1. La incidencia de la corrupción en Argentina en los últimos años
Probablemente el índice de corrupción más difundido en la actualidad es el que
Tranparency International, que en el caso de la Argentina es elaborado con el apoyo local de Poder Ciudadano. El índice, que en realidad mide la corrupción percibida, califica a cada país de acuerdo a su desempeño en materia de corrupción. Esto es, calificaciones más altas implican menores niveles de corrupción.
Gráfico 1 – Desempeño argentino en materia de corrupción

En el caso de la Argentina, el gráfico evidencia que la crisis se 2001-2002 cortó un claro proceso de mejora de la transparencia, llevando a Argentina a un nivel de corrupción de la que parcialmente se ha recuperado. El gráfico muestra en cierto sentido un proceso de histéresis de la corrupción en Argentina: la crisis generó que la corrupción percibida se ubicara un escalón por encima del nivel de pre-crisis. Los datos arrojan entonces tres cuestiones de interés para analizar; i) ¿cómo se logró reducir la corrupción a fines de los ’90?, ii) ¿porqué la crisis disparó el nivel de corrupción? y iii) ¿porqué la corrupción no
volvió a su nivel de pre-crisis? No contestaremos estas preguntas en esta sección porque forman parte del análisis de los determinantes y consecuencias de la corrupción, pero las dejamos planteadas para no perder de perspectiva el desempeño de la Argentina en los últimos años en materia de corrupción.
Otra cuestión que se desprende del gráfico es que la Argentina no sólo ha empeorado en términos absolutos, sino también en términos relativos. Esto es indicativo de que el incremento de la corrupción, lejos de ser un fenómeno generalizado, respondo al caso concreto de la Argentina, con lo que su explicación no debería exceder las fronteras del país.
Gráfico 2 – Ranking de Argentina entre 95 países

Fuente: Transparency International
Si bien el indicador de Transparency International es el de mayor difusión, no es el único.
Por ejemplo, Daniel Kaufmann elabora anualmente diversos índices de gobernabilidad,varios de los cuáles pretenden reflejar cuestiones ligadas a la corrupción. Una ventaja de estos índices es que permiten ver más en detalle los aspectos relevantes de cada país, además que las muestran son mucho mayores a las de Transparency International.
Los índices elaborados por Kaufmann confirman la evolución analizada en los párrafos precedentes, caracterizada por el marcado deterioro de los indicadores tras la crisis de 2001/02 y la recuperación posterior, aunque sin llegar a los niveles de pre-crisis. Todo esto, debemos decir, en un contexto en que el desempeño antes de la crisis tampoco era satisfactorio.
Gráfico 3 – Desempeño de Argentina en materia de Control de Corrupción, Rule of Law y
Calidad Regulatoria

Control de la Corrupción Rule of Law Calidad Regulatoria
Fuente: Governance Matters VII
Más aún, se observa que el comportamiento descrito por el índice general de Transparency International se verifica también para los principales subíndices, lo que estaría indicando que el incremento de la corrupción se dio en un contexto –o acompañado por- el deterioro de la calidad institucional de la Argentina en general. Aunque este tema será analizado en profundidad en la correspondiente sección, estos simples gráficos aportan la primera evidencia a favor de una teoría “institucional” de los determinantes de la corrupción.
Evidentemente, no debe perderse de vista que los índices analizados miden variables percibidas. En parte, el comportamiento observado puede responder a los cambios de ánimo de la sociedad argentina. Así como las mejoras observadas entre 1999 y 2001 pueden ser una respuesta al  discurso anti-corrupción sobre el que basó su gestión el Gobierno de la Alianza, es probable que la abrupta caída de 2002 sea consecuencia de la visión más negativa que el país pasó a generar en la mayor parte de los analistas y en la sociedad en
general.
No obstante ello, eso no quita relevancia a estos índices; son muchos los teóricos que señalan que es en realidad más importante la corrupción percibida que la efectiva, porque es la primera la que se toma en cuenta a la hora de planificar proyectos de inversión y decidir su viabilidad. Desde esta perspectiva, entonces, no podemos limitarnos en este trabajo a analizar los factores objetivos que pueden haber determinado la variación en los niveles de corrupción efectivos, sino que debemos también estudiar los factores que pueden haber afectado la percepción de parte de la sociedad y los analistas.
A nivel regional, se observa que el desempeño de la Argentina no ha sido favorable en materia de corrupción. De las cinco mayores economías latinoamericanas, Argentina se muestra como la segunda que mayor deterioro ha sufrido desde 1998 en sus indicadores de transparencia. A esto hay que sumarle el agravante de que el país que lidera el deterioro es Chile, que muestra los mejores indicadores de la región, con lo que la caída en su caso es menos grave que en el argentino. La contraparte es México, que mostró entre 1998 y 2001
una clara mejora de sus indicadores y que ahora se ha estabilizado en valores
históricamente elevados.
Gráfico 4 – Desempeño principales economía de la región

Fuente: Transparency International
El principal problema que se supone que genera el mal desempeño de la Argentina en el ámbito regional es que los inversores atraídos por el crecimiento latinoamericano podrían preferir a países que muestran una trayectoria institucional sólida, materia en la que Argentina viene flaqueando. De todos modos, esta es un hipótesis que debe ser contrastada, algo que intentaremos hacer en este trabajo.
Otra cuestión que puede resultarnos relevante es estudiar como han evolucionado los países del mundo que en 1998 tenían un nivel de corrupción percibida similar al de Argentina. En ese sentido, también se observa un desempeño relativamente malo; mientras los países que compartieron el grupo con Argentina mostraron una evolución suave pero con una leve tendencia a la mejora, Argentina ha mostrado fuertes fluctuaciones, además de la mencionada tendencia al deterioro de la transparencia. Sobre este aspecto, es importante
tomar en cuenta que la volatilidad del nivel de corrupción también es una variable importante, ya que es una fuente de incertidumbre adicional que deben enfrentar los consumidores, inversores y policy-makers. Esto es, no sólo la Argentina parece sufrir niveles de corrupción elevados, sino que su incidencia varía significativamente en lapsos relativamente cortos, con lo que se dificulta tener certezas a la hora de tomar decisiones y diseñas políticas.
Gráfico 5 – Desempeño países con índices de corrupción semejantes a los de Argentina en 1998

Fuente: Transparency International
Una caracterización de la situación argentina en materia de corrupción requiere, además de un análisis de orden cuantitativa, un estudio de los factores en lo que el país viene mostrando un mayor deterioro relativo. Como señalamos anteriormente, el deterioro argentino parece ser generalizado, como lo reflejan los índices de Calidad Regulatoria, Control de la Corrupción y Rule of Law. Sin embargo, la amplitud de sus oscilaciones
muestra diferencias significativas, como lo reflejan los errores estándar de las calificaciones de la Argentina en los índices de Kaufmann.
Gráfico 6 – Desvío Estándar y Desvío Estándar sobre promedio de la muestra de Argentina

Fuente: Governance Matters VII
Es interesante marcar que la Argentina muestra mayor volatilidad que el promedio de la muestra en cuatro de los seis índices que conforman los indicadores de Governance de Kaufmann, lo que confirma nuestro punto anterior; la Argentina no sólo muestra una calidad institucional y de transparencia relativamente baja, sino que además muestra mayor volatilidad en esos aspectos, lo que potencialmente supone un problema adicional. Este aspecto característico del país, consideramos, debe ser muy tomado en cuenta a la hora de
de diagnosticar la situación del país y tomar decisiones de política.
Otra forma de evaluar la situación de la Argentina es a través de una comparación de la incidencia de la corrupción en el país en comparación con otros países de similar desarrollo. La teoría ha señalado que existe cierta relación entre el nivel de desarrollo de los países y la incidencia de la corrupción que en ellos se observa. En particular, puede ser interesante observar la relación entre corrupción y nivel de ingresos en Latinoamérica.
Gráfico 7 – Relación PIB per capita – Nivel de Corrupción en América Latina


Fuente: CEPAL y Transparency Internacional Como refleja el gráfico, la Argentina muestra un nivel de corrupción superior a la correspondiente a su nivel de PIB, de acuerdo a la relación que se desprende de las
observaciones de América Latina.
Se observa además una gran dispersión con respecto a la tendencia media. Por ejemplo, Uruguay tiene un PIB per capita similar al de Argentina y Brasil pero su índice de corrupción es 3,5 puntos más alto que estos dos países (el índice va de 1 a 10 con 10 representando el menor nivel de percepción de corrupción).
Uruguay, Chile y Barbados tienen niveles muy bajos de corrupción para el nivel de ingreso de su economía. En contraposición países como Venezuela y Trinidad y Tobago tienen niveles altos de corrupción para el nivel relativamente alto de PIB per cápita que poseen.
Argentina, si bien no es el caso más extremo, presenta un nivel muy alto de corrupción, dado su nivel de ingresos. En este sentido es de vital interés comparar las características institucionales y económicas de Argentina en relación con Chile y Uruguay. Esto podría facilitar el desglose de los factores más importantes que colocan a la Argentina dentro de los países con pero reputación sobre corrupción.
El mismo análisis puede hacerse para una muestra más amplia que la de América Latina.
Tomando, por ejemplo
Gráfico 8 –


Transparency International
Fuente: Fondo Monetario Internacional y Transparency International
Saliendo del espacio de América Latina, el desempeño relativo de Argentina, de acuerdo a su nivel de ingresos, es malo, ya que es uno de los países que más se aleja del punto que le correspondería de acuerdo a la tendencia lineal trazada. Por supuesto, la teoría ha advertido que la relación entre el nivel de ingreso y la incidencia de la corrupción muestra varias salvedades por las que el fenómeno observado en la Argentina no sería del todo desconcertante. Un primer punto es que la relación entre ambas variables no sería lineal,
sino que sería creciente para algunos tramos de ingreso y decreciente para otros tramos.
Una forma de verlo es segmentando la muestra en tramos para ver si en algún tramo la relación creciente entre nivel de PIB y transparencia no se cumple. Una segunda cuestión es que la incidencia de la corrupción entre los países de renta media mostraría una elevada variabilidad.

Por: Ezequiel Brodschi1
Eduardo Fracchia2
Martín López Amorós3

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