El proyecto, del que tomamos conocimiento este último viernes 4 de setiembre, no sólo pretende prorrogar las emergencias sancionadas en marzo pasado, por el doble de tiempo originalmente autorizado, sino que además las amplía a otras materias y avanza en la creación de un fondo específico a partir de un endeudamiento de cuatrocientos cincuenta millones de pesos ($ 450.000.000).
En el mes de marzo de 2020 sancionamos las emergencias económica, tributaria, comercial, sanitaria, administrativa, edilicia y de infraestructura, por el término de seis meses, prorrogables por idéntico plazo a su vencimiento. El nuevo proyecto agrega las emergencias vial, hídrica, y de equipamiento urbano.
Esos seis meses vencen ahora, en setiembre, y no tenemos información adecuada sobre qué es lo que se hizo con las facultades otorgadas ni con los recursos presupuestarios. Ello es necesario para evaluar la pertinencia de su prórroga y ampliar la emergencia por doce meses, incluyendo un endeudamiento que se extiende por varios ejercicios y del cual no se precisa cómo ni cuánto se va a devolver ni a qué se va a destinar, más allá de una alusión genérica a que será para obras en el marco de la emergencia.
No debiera haber inconveniente para que se ponga la información en la mesa. Comprendemos el escenario y entendemos la necesidad, y la idea es colaborar. Pero un proyecto de semejante envergadura tiene que poder ser amplia y profundamente debatido, y salir con la mayor legitimidad que le daría el apoyo de todos los sectores políticos que ejercemos la representación popular.
Es mucho y complejo el poder que se transfiere y no se puede resignar la función de control del Concejo Deliberante sin que se resienta el orden democrático.
LA EMERGENCIA NO QUITA LA TRANSPARENCIA y en esto debiéramos hacer causa común por lo menos siete de nueve Concejales comprometidos y comprometidas con el Proyecto Nacional, Popular, Democrático y Feminista.
No se puede consentir, calladamente la boca, que por la circunstancia coyuntural de una mayoría automática se convierta al Concejo en una mera escribanía de la Intendencia.
No es tan difícil hacer las cosas bien; la democracia no es un obstáculo a la hora de enfrentar emergencias o pandemias, todo lo contrario, es la mejor herramienta. Sería grave del punto de vista institucional hacer, de la excepción, la regla.
Río Grande, 07 de setiembre de 2020.