El gobierno sostiene con firmeza que la pandemia del coronavirus lo obligó a tomar posición entre la salud y la economía. “Un punto del PBI que se pierde se puede recuperar; una vida que se pierde, no” fue la frase que eligió Alberto Fernández para dar sustento a su plan. La opinión pública adhirió con firmeza a esa posición en el comienzo de la cuarentena y premió a los gobernantes que la suscribieron, sin grietas partidarias. Pero con el correr de las semanas, el bolsillo también empezó a opinar, en particular en los segmentos menos castigados.
Una encuesta realizada por la consultora Opina Argentina entre 1.400 casos de todo el país analiza cómo funciona el equilibrio entre ambas preocupaciones latentes en el humor social frente a la pandemia: el temor a la enfermedad y la angustia por el deterioro de las condiciones ecónomicas.
Como eje central del estudio, sobresale que la mayoría de la sociedad se vio golpeada económicamente por la cuarentena y las medidas económicas adoptadas no parecen haber conformado a todos. Pero aún en ese escenario se sigue considerando prioritario que el gobierno se ocupe de la salud antes que la economía.
“La sociedad tiene un ojo en la enfermedad y el otro en la crisis económica. Todavía predomina la pandemia como problema prioritario, pero es claro que la economía viene asomando y que la reducción de ingresos se está volviendo un problema cada vez más acuciante”, señaló Facundo Nejamkis, director de Opina Argentina.
El discurso presidencial que refiere a que las pérdidas económicas se recuperan pero no ocurre lo mismo cuando se pierde una vida “caló muy hondo y esa línea discursiva es bien valorada por muchos sectores de la sociedad”, explicó.
Frente a la consulta ¿Ud. ha tenido una disminución en sus ingresos o los de su familia a partir de la implementación de la cuarentena?, un 80% de los consultados respondieron afirmativamente, divididos en un 53% que sufrieron una reducción “muy grande” mientras que otro 17% la consideró “pequeña”. Solamente un 17% dijo que sus ingresos no fueron impactados por las medidas de aislamiento.
¿Cuál cree que debería ser la prioridad del presidente Alberto Fernández? fue el interrogante clave. Un 56% respondió que el gobierno debía enfocarse en el coronavirus, mientras que un 30% se inclinó por la economía. Un dato central de esta respuesta se observa en el desagregado por lugar de residencia y por opción de voto en la última elección: la preferencia por priorizar la atención de la salud antes que la reactivación económica se acentúa entre los votantes del oficialismo y aparece más en el conurbano que en la Ciudad.
Otra división interesante entre la opinión de porteños y bonaerenses se advirtió en las respuestas a la pregunta ¿Qué opina de las medidas para estimular la Economía? En promedio, un 34% las consideró acertadas, un 31% “insuficientes” y otro 26% “desacertadas”. Pero la opción “acertadas” consiguió el doble de adherentes en el Gran Buenos Aires que en la Ciudad.
“Al inicio de la epidemia, cuando la parálisis económica todavía no había impactado tan fuerte, las consecuencias económicas del coronavirus eran un elemento más. Hoy tomaron mucha más relevancia, aunque es claro que la sociedad valora más enfrentar a la enfermedad y salvar vidas”, señaló Nejamkis. Al consultar qué cosa preocupaba más que la otra, un 57% se inclinó por la pandemia y un 36% por la economía.
Nejamkis aclara que la sociedad convalidó la posición adoptada por el Gobierno y que esa bendición no se limita al presidente, sino también a todos los dirigentes que la defienden sin importar su color político. Eso incluye al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y a otros intendentes surgidos de Cambiemos.
La comparación con los países vecinos, incluso, ayudó a reforzar ese punto. En particular, con el caso de Brasil, donde las noticias que llegan combinan miles de muertos con una política caótica frente a la pandemia.
“Alberto Fernández y quienes lo acompañan al enfrentar la pandamia, incluyendo a Rodríguez Larreta y otros intendentes no peronistas, reciben un cierto rédito por ajustar su gestión a lo que dicen los científicos que hay que hacer. Y puede decirse que han tenido un relativo éxito si se compara con lo que vienen sufriendo otros países. Y se percibe que todos están sufriendo las consecuencias económicas, hasta Estados Unidos”, señaló el director de Opina Argentina.
En esa línea de análisis, Nejamkis explicó cuál es la pregunta que muchos se hacen: “¿Tiene sentido arriesgarse a sacrificar vidas y saturar al extremo el sistema de salud si, de todas maneras, la economía se va a ver afectada por una crisis de la que ningún país, en este mundo globalizado, podrá escapar?”
Fuente:infobae.com