La masiva convocatoria que lo acompañó tuvo lugar, a cielo abierto, en la avenida Vélez Sarsfield y Boulevard San Juan, frente al shopping del Patio Olmos, en la zona céntrica de la capital mediterránea.
Además, chicaneó: “¿Dónde están los colectivos? ¿Cómo vinieron hasta acá? Solitos. Por todo lo que nos une vamos a votar el domingo”.
“Queridos cordobeses, los miro y les juro que esta noche no se me va a olvidar nunca más. El corazón me crece por segundo con toda la fuerza de ustedes”, expresó.
“Llegar hasta acá nos costó más de los que pensábamos y los problemas cuesta más resolverlos, pero no nos equivocamos cuando dijimos que el cambio era posible. Demostramos que se puede tener una política social sin clientelismo, que se pueden construir obras por todo el país sin corrupción”, sostuvo a modo de mea culpa.
“Tenemos la tranquilidad de que sobre esas bases podemos sentar una base distinta para los próximos cuatro años. Vamos a tener que seguir enfrentando desafíos, pero traer a los mismos del pasado no nos va a servir de nada, por eso no caigamos en espejismos. No caigamos en escuchar a aquellos que destruyeron la Argentina decirnos con el dedito levantado que ellos son los que saben”, dijo, en clara alusión a Alberto Fernández.
Y concluyó: “No dejemos que las dificultades nos hagan dudar de las cosas que ya hemos logrado, de los sueños maravillosos que tenemos. No tropecemos otra vez con la misma piedra. Sí se puede dar vuelta esta elección”.
El acto proselitista representó el cierre de la marcha nacional electoral «Sí, se puede», que comenzó el 28 de setiembre en la plaza Barrancas el barrio porteño de Belgrano y que recorrió varias ciudades del país.
Macri estuvo acompañado por su esposa Juliana Awada; el candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto; el diputado cordobés Mario Negri, además de legisladores y referentes nacionales del espacio.