En doce meses, la tasa de desocupación subió del 9,1 al 10,1% según los datos del INDEC del primer trimestre de este año. Esto significa proyectando al total de la población urbana hay 1.920.000 desocupados urbanos, 220.000 más que un año atrás. Si se incluye la población rural, el desempleo golpea a más de 2 millones de personas.
También aumentó la subocupación pasó del 9,8 al 11,8%. Suman así 2.250.000 personas que trabajan menos de 35 horas semanales, aunque están dispuestos a trabajar más. Son 420.000 más que un año atrás.
De estos números se desprende que casi 4.200.000 personas tienen problemas de empleo porque no encuentran trabajo o realizan trabajos de pocas horas, en especial en la informalidad o en “changas”. Son 640.000 más en tan solo un año.
Hay que remontarse al tercer trimestre de 2006 para encontrar una tasa de desempleo de dos dígitos, como la que se conoció.
Con relación al primer trimestre de 2015, cuando el desempleo fue de 7,1% (1.200.000 desocupados), hay 720.000 desocupados más. Y en subocupación ( 7,6%, 1.300.000 personas), hay 950.000 personas más.
Por la emergencia estadística no hubo medición en el primer trimestre de 2016. Al año siguiente, la tasa fue del 9,2%, en enero-marzo de 2018 bajó al 9,1% y ahora aumentó al 10,1%.
La tasa de empleo se redujo del 42,4 al 42,3%. Esto significa que hay 17.200.000 ocupados, de los cuales 13 millones son asalariados. Entre los asalariados aumentó el empleo no registrado, del 33,9 al 35%. Esto significa que 4,6 millones se desempeñan en la informalidad (“en negro”), casi 200.000 más que un año atrás.
De aquí se desprende que se redujo en 250.000 el número de ocupados plenos (trabajan más de 45 horas semanales).
Entre los jóvenes, la tasa de desocupación aumentó del 20,9 al 23,1% entre mujeres y subió del 15,3 al 18,5% entre varones en el 1° trimestre de 2019. Ahora, más de la mitad de los desocupados (52,7%) son menores de 29 años.
El Conurbano bonaerense registra indicadores muy adversos que por la magnitud de la región pesan en el nivel general. El desempleo en el GBA subió del 11,3 al 12,3%. Y la subocupación pasó del 10,6 al 13,1%.
Así, el 37% de los desocupados – 705.000 personas, unas 70.000 más que un año atrás–se concentran en el Conurbano bonaerense, donde los subocupados suman 755.000, unos 160.000 más que en el primer trimestre de 2018. Entre los jóvenes varones la desocupación es del 21,4% y entre las mujeres del 27,5%.
El Ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, relativizó estos números al señalar que «estamos viendo el impacto de la crisis del año pasado, eso es lo que muestra esa cifra» . Agregó que «en lo urgente, ya comenzamos a ver recuperación de actividad en varios sectores, eso va a revertir la curva. El verdadero desafío es estructural: incorporar al mercado formal a ese 35% de trabajadores y crear las condiciones para que las PyMES generen empleo de calidad».
El informe del INDEC destaca el fuerte aumento de la «presión sobre el mercado de trabajo» porque, además de los desocupados, hay un crecimiento de los que ocupados y subocupados que buscan trabajo, insatisfechos con sus ocupaciones actuales..
En total, en un año, ese indicador subió de 29,9 a 33,9% que incrementa la precariedad laboral.
Según el economista Claudio Lozano en total 6,4 millones de personas buscan trabajo, 690.000 más que un año atrás. Esto pasa por la «proliferación permanente de ocupaciones transitorias» hasta la consecución de otro empleo en mejores condiciones ( «desocupación encubierta») y por «los recientes procesos de expulsión de una mano de obra que continúa en actividad a través de la búsqueda de empleo».
Nadin Argañaraz, del IARAF, dice que ese 33,9% «es el verdadero problema laboral argentino que refleja un aumento de la precarización e inestabilidad en los ingresos».
«No creemos que en 2019 haya dinamismo en la creación de empleo», señaló la consultora LCG. y agrega que «será difícil ver una tasa de desocupación debajo del 9,5% durante la segunda mitad del año. En línea con nuestro escenario base, hacia fines de año el desempleo sería de 10%, en línea con la caída de la actividad económica y sin cambios significativos en la tasa de actividad».