Los aires acondicionados, en tanto, mostrarán una retracción de 15% al bajar de un millón de unidades a 850 mil. Por último, los celulares tendrán la menor caída, con una disminución de 6,3%, que se traduce en 7,5 millones de unidades frente a los 8 millones con que terminará este 2018, según las previsiones de AFARTE. Un punto que aportará a amortiguar la caída de producción de smartphones será el regreso a Tierra del Fuego de la firma finlandesa Nokia, tal como anunció el mes pasado el gobierno de la peronista Rosana Bertone.
De todos modos, la buena noticia no da oxígeno a un sector que es el principal empleador de la provincia, con unos 8.500 puestos de trabajo directos (en 2013 tuvo un pico superior a los 13 mil), al amparo de la Ley 19.640 que estableció el Régimen de Promoción Industrial para el distrito. Desde la gestión de Bertone, además, ya gestionan la continuidad de los beneficios fiscales y aduaneros para luego de 2023, cuando vence el plazo de la ley original.
“Hicimos en este tiempo un trabajo muy fuerte para ganar competitividad y tuvimos avances en reducción de precios respecto a productos fabricados en otros países, pero en esta situación económica la gente no piensa en cambiar el televisor”, señaló el titular de AFARTE, Federico Hellemeyer .
Desde una de las empresas radicadas en Río Grande, el principal polo de producción de la electrónica, dijeron que “las proyecciones más optimistas indican que la situación comenzará a repuntar en el segundo trimestre”. Pero también hay pronósticos que auguran un descenso más prolongado, hasta entrado el segundo semestre. Si bien las elecciones 2019 pueden hacer repuntar la economía, también suelen frenar las decisiones de compra, explicaron. Otra firma con sede en Río Grande manifestó a este medio que si bien la última devaluación le dio más competitividad a la industria fueguina, la mayor parte de los insumos son importados, con lo cual también impacta en el valor final. Sí vislumbran alguna posibilidad de exportación, hasta ahora prácticamente nula, con Brasil como potencial destino.
El otro punto a atender será la continuidad del acuerdo de competitividad entre el gobierno, las empresas y el gremio de la UOM, por el cual cada parte aceptó realizar un esfuerzo. Baja de impuestos, cero despidos y paritarias congeladas fue el compromiso de cada actor, respectivamente. Pero cuando sellaron el pacto no esperaban una inflación de 45% ni la crisis económica. Con lo cual, ni a los trabajadores nucleados en la UOM parece convencerlos la pérdida del salario real a la que se vieron afectados y, a su vez, las empresas tienen más empleados de los necesarios en un horizonte de caída. Además, las empresas consultadas esperan que el rebote sea lento, con un crecimiento moderado, cuando la economía argentina comience a despegar.
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