Y si se compara lo que pasó mes a mes, de agosto a septiembre la venta cayó 10,20%.
Hubo un derrumbe en los despachos de nafta premium con una baja de 27,50%. El gasoil baja 7,84% y la súper, 4,95%, siempre en comparación con setiembre de 2017.
«Hasta ahora le gente venía restringiendo calidad de producto, migrando de la premium a la súper, por eso la demanda general se mantenía relativamente estable» explica Carlos Gold, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos de Argentina (CECHA).
Pero en agosto comenzó a caerse el consumo al compás de un aumento de 40% promedio. En septiembre hubo tres subas mayores por arriba del 10%. «El bolsillo no da más», dijo Gold. Y señaló que el precio de los combustibles ya aumentó 65% en lo que va del año.
Los dueños de las estaciones de servicio advirtieron sobre un panorama «sombrío» para ese sector de pymes y microempresas.