El Centro de Investigación del Cáncer-IBMCC de la Universidad de Salamanca-CSIC, en España, afirmó que la edad biológica determinada según el estrés oxidativo modifica la agresividad del cáncer de mama.
La hipótesis de trabajo del grupo de investigación fue la existencia de vínculos epidemiológicos entre el cáncer de mama, en cuanto a su incidencia y agresividad, y el envejecimiento. Se suponía que ambos procesos debían compartir algunos mecanismos comunes de desarrollo fisiopatológicos y patogénicos (celulares y moleculares).
El Dr. Ignacio Mc Lean, jefe del servicio de Patología Mamaria y director del Centro Mamario del Hospital Universitario Austral, explicó que “en general existe una relación entre la edad y el cáncer, aunque no se trata de una regla. Lo que ocurre es que al observar la población de mujeres menores de 40 años con cáncer de mama, es más común encontrarnos con los tipos tumorales más agresivos, con un mayor compromiso de ganglios linfáticos axilares y por lo tanto con un peor pronóstico”, aunque se mostró cauto.
“Tenemos que ser cuidadosos –especificó- porque que exista esta relación y que observemos esto en estudios epidemiológicos de un gran número de pacientes no quiere decir que una mujer joven no pueda tener un cáncer de mama pequeño y poco agresivo o, por el contrario, que una mujer mayor pueda tener un tumor grande y muy agresivo”.
Respecto a las razones de esta asociación, el Dr. Mc Lean afirmó: “Las causas no se saben exactamente. El estudio español habla del ‘estrés oxidativo’ y cómo esto influye en las células mamarias, pero eso es para un análisis más detallado, además de por supuesto conocer cada instancia específica del estudio”.
Imprescindible el control
Sin embargo, debido a que evidentemente existe una asociación, y ante la existencia de ciertos factores de riesgo, las mujeres deben recurrir a un centro mamario especializado, sobre todo si integran algunas de las dos poblaciones de riesgo.
Por un lado, “las mujeres en general, es decir aquellas que no cuentan con algún antecedente específico y que cumplen con sus controles de rutina de manera habitual. Ellas, que afortunadamente integran el 80% de la población, deben realizarse una mamografía por año desde los 40. Por otro, las mujeres que sí cuentan con antecedentes de haber tenido cáncer de mama, o bien con una biopsia previa por patología pre-neoplásica, así como también con antecedentes familiares que hagan sospechar carga genética heredable, deben recurrir a médicos especialistas y realizarse estudios anuales: mamografía, ecografía mamaria y eventualmente resonancia magnética nuclear para control», detalló el Dr. Mc Lean.
Cuando una mujer se detecta una anormalidad, está comprobado que es mucho más eficaz que sea estudiada y tratada en centros especializados que trabajen en forma multidisciplinaria. Por ejemplo, Unidades de Mastología o Centros Mamarios que pueden brindar un proceso diagnóstico más rápido y con menos estudios innecesarios (por lo tanto, menores tiempos y costos), y en los cuales hay mayor concentración y comunicación entre los profesionales (radiólogo, mastólogo, patólogo y oncólogo).
“De hecho, completó el Dr. Mc Lean, existen estudios que demostraron que las mujeres con cáncer de mama tratadas en Centros Mamarios reciben un mejor tratamiento en comparación con las que son tratadas fuera de estos centros y en forma ‘fragmentada’. De tal manera, los resultados de sobrevida también fueron mejores”.