La inflación del segundo trimestre será menor a la del primero. Sin embargo, se mantendrá estable respecto a igual período de 2017, por lo que la suba de precios rozará 12% en el primer semestre de ambos años.
· Recién en el período julio-diciembre retornaría el “proceso desinflacionario”: la suba de precios pasaría de 11,5% en la última mitad del año pasado a 8% en el segundo semestre de 2018. Por ende, la inflación se reduciría recién en la última parte del año.
· Como resultado de esta dinámica, la inflación superará este año nuevamente el 20%. En consecuencia, el Banco Central volverá a incumplir su meta corregida, lo que imposibilitará que la política monetaria se relaje significativamente, al menos hasta 2019. Por ende, se alcanzará el noveno año en fila (desde 2010) con una suba de precios mayor al 20%.
· Cabe destacar que los drivers de la inflación cambiarán respecto a 2017. Mientras que en gran parte del año pasado el dólar funcionó como ancla contra la suba de precios, en 2018 este rol lo ocuparían los incrementos salariales. En consecuencia, mientras que el año pasado los sectores transables fueron los más perjudicados por la evolución de los precios relativos, este año dicho lugar quedaría para los ingresos reales.
· Por último, con este escenario, esperamos que recién en 2019 la inflación perfore el piso del 20%. Por lo tanto, habrá que aguardar hasta el cierre del primer mandato de Cambiemos para lograr avances considerables en la materia. Asimismo, producto de que la suba de precios posee en nuestro país más causas estructurales que coyunturales, el sueño de inflación de un dígito deberá esperar al próximo ciclo presidencial.