En medio de una alta carga emotiva, el Centro Deportivo Municipal fue escenario de esta ceremonia en la que se destacó la presencia de familiares y allegados de los alumnos que culminaron esta etapa educativa, representantes de numerosas instituciones de la comunidad y autoridades municipales encabezadas por el intendente de la ciudad, Prof. Gustavo Melella, la senadora nacional Miriam Bodyajian; la diputada nacional Analuz Carol; el presidente del Concejo Deliberante, Alejandro Nogar, legisladores provinciales; concejales de Río Grande, Tolhuin y Ushuaia; la presidenta de la fundación “Un mundo mejor es posible”, con la que el Municipio suscribió el convenio que posibilita implementar en Río Grande el programa citado, Sra. Claudia Camba; así como el coordinador nacional de la misma, Oel Hernández Laguna y el asesor del programa en nuestra ciudad, Geordanis Sánchez Iglesia, además de funcionarios del gabinete municipal.
Tras proyectarse un video de apertura, se entonaron las estrofas del Himno Nacional y se procedió a la entrega de reconocimientos a vecinos que colaboraron con esta concreción y a las autoridades de la fundación cubana y del programa de alfabetización.
Recibieron su certificado los siguientes alumnos: Lorenzo Aguirre; Narcisa Bolaño; Raúl Osmar Pelozo; María Elcira Cárcamo Igor; José Méndez González; María Elsa Tabie Delgado; Ángela González; Evaristo Acuña; Rosa Carabajal; Catalina Rodríguez; Claudelina Rojas; Yolanda Josefa Colque; Mario Alberto Segundo; Graciela Franco; Luis Héctor Giménez; Juan Roberto Guzmán; Martín Gómez; María Esther Díaz, Graciela Rosa González; Alejandra Patricia Navarro; Gladis Adriana Aguilar; Luis Nova; Lorena Paula Ortíz; Meliza Yolanda Cabana; Adriana Raquel Pacheco Ruíz; Lorena Maribel Benítez; Blasinda Sepúlveda Zapata; Diolinda Rosana garro; Cirila Gregoria; Palmira Tolaba; Beatriz Ana Batista; Máxima Sánchez; René Alejandro Garcés y José Pallah Necul.
“Esta es una gran fiesta de egresados”
Visiblemente emocionado y satisfecho, el intendente Gustavo Melella no dudó en afirmar que la alfabetización de 34 vecinos de nuestra ciudad es “una de las acciones más maravillosa del Municipio” y se mostró agradecido con la fundación, el gobierno y el pueblo cubanos, además de los facilitadores porque “lograr que personas que no sabían leer ni escribir puedan ahora hacer un trámite, firmar un contrato o informarse es algo maravilloso”.
“Nos propusimos que no haya vecinos en la ciudad que no sepan leer y escribir, es uno de nuestros objetivos rumbo al centenario”, sostuvo el jefe comunal y, dirigiéndose a los egresados dijo que “tienen que estar doblemente orgullosos, primero porque alcanzaron una meta que tal vez desearon muchos años, y segundo porque hoy nos enseñaron a todos nosotros que cuando se quiere se puede”.
“Esta es una gran fiesta de egresados, tiene un valor inmenso. Tanto tiempo sin leer ni escribir, cuántas historias duras, cuántas tristezas, cuántas amarguras. Por eso esto es muy importante, hay que agradecer a los facilitadores, a la fundación “Un mundo mejor es posible”, a los representantes del pueblo cubano que están acá”, rescató.
Además recordó que dentro de los objetivos del centenario de la ciudad de Río Grande “está el de ser un ciudad libre de analfabetismo, pero también es un objetivo de la gestión. No debe haber ningún riograndense sin saber leer ni escribir”, insistió.
En nombre de los facilitadores, Claudelina Rojas aseguró que este programa “le abrió a los alumnos puertas impensables” y tras expresar que “aprendimos con nuestros alumnos”, afirmó que “es un honor ser parte del Programa Yo si Puedo”.
A su turno, el asesor cubano del programa en Río Grande, Geordanis Sánchez Iglesia, se sintió “orgulloso de ser uno de los cubanos que anda por el mundo enseñando a la gente a leer y escribir” y felicitó a los facilitadores porque “son voluntarios que han brindado su tiempo para ayudar a otras personas en forma solidaria”.
Finalmente, la presidenta de la Fundación “Un mundo mejor es posible”, Claudia Camba les agradeció a los alumnos por “decidir que todavía había tiempo para aprender a leer y escribir”, y a los facilitadores “por su solidaridad, porque ser solidario no es dar lo que nos sobra, sino compartir lo que tenemos”.