La Tierra de Unión, tan profusamente publicitada y nada demostrada, se sostiene sobre el disciplinamiento de la acción y palabra de actores políticos y sociales “disidentes». Miente con total impunidad, con una mayoría propia en la legislatura que bloquea toda posibilidad de pedidos de informe a la minoritaria, frágil y cambiante, oposición legislativa, que intenta acceder a explicaciones.
Lo hace con el desmantelamiento del portal de Gestión Transparente transformado en un archivo de datos sin propósito, lo hace con la omisión de publicitar actos públicos en los boletines oficiales y lo hace con la oculta discrecionalidad de la inversión en pauta publicitaria. Lo hace con un canal y radios públicas que autorizan o vetan informaciones de acuerdo al parámetro aceitado de la censura.
Miente frente al silencio de los sindicatos: desvanecidos, pagos, perseguidos o atemorizados, según sea el caso; solo así puede explicarse que a casi dos años sin paritarias (siendo una exigencia histórica de los sindicatos la asignación equitativa de recursos entre empleado/a y empleador/a y el equilibro de la balanza distributiva), sospechosamente el gobierno fueguino no ha merecido siquiera un “enérgico repudio” de parte de las organizaciones de los trabajadores y trabajadoras.
Ha disciplinado con un desempleo e inflación crecientes, datos borrados del conocimiento público por decisión política, con tibios reclamos de algunos/as periodistas, con la autorización legislativa silenciosa para ampliar en un 30 % los cargos del Poder Judicial, o para endeudarnos en dólares pagando intereses exorbitantes y sin proyectos para utilizarlos; descartando nuestros recursos del Fideicomiso Austral (que no implicarían endeudamiento) y sin que nadie cuestione el por qué de estas decisiones. Al fin de cuentas, observamos el grandilocuente desarrollo de lo que denominamos LA política de estado de Bertone: la política de la mentira.
Simula una hiperactividad de gestión habiendo recibido del Gobierno anterior, obras realizadas a un 80 y 90 %; apura inauguraciones en campaña sin explicar las demoras de casi 20 meses de avance ni entrega (ejemplo de ello: la ampliación de Canal 13, Gimnasio Haspen, la Escuela de Chacra 11, Centro de Salud del Río Pipo, Gimnasio del Sobral (solo por nombrar algunos). Nosotros/as, afiliados/as del PSP y ex funcionarios/as públicos/as hemos puesto a disposición la totalidad de documentación entregada durante la transición… Nadie la ha requerido.
La responsabilidad de saber la verdad de medios de comunicación y dirigentes/as gremiales, partidarios y sociales no es nuestra. Sí lo es la de no callar y seguir señalando los relatos y mentiras.
Repetimos: conocer la verdad y terminar con la política de estado de la mentira está solo a un paso de cordura y seis cuerpos de expedientes de distancia.
Partido Social Patagónico