· El stock de los préstamos dirigidos al consumo aumentó 18% en el primer semestre del año, y trepó 40,5% interanual. El mayor dinamismo de estos créditos respecto del total no es una novedad, pero sí que sea liderado por aquellos dirigidos a la adquisición de bienes durables.
· En los primeros seis meses del año, el stock de préstamos prendarios e hipotecarios acumuló un alza de 30% y 23% respectivamente, y en junio treparon 65% y 36% interanual. El aumento de la oferta crediticia y la estabilidad del tipo de cambio en el arranque del año fomentaron el consumo de bienes dolarizados: de acuerdo al Índice de Confianza al Consumidor elaborado por la Universidad de Di Tella, la disposición para adquirir automóviles e inmuebles creció 30,5% i.a. en promedio en el primer semestre.
· En lo que respecta a los préstamos bancarios dirigidos a las firmas, estos treparon a un menor ritmo que el resto de las líneas (su participación cayó 0,5 p.p. dentro del total de créditos otorgados a lo largo del año). De todas formas, el stock acumuló un alza del 15% en el primer semestre (ubicándose por encima de la inflación) y en junio trepó 39,5% respecto del nivel de un año atrás. Una vez más, al interior de este grupo se distinguen dinámicas diferenciadas, que rompen con la tendencia observada en los últimos años.
· El primer fenómeno a destacar es que la expansión de los préstamos dirigidos a las firmas estuvo explicada por los documentos (+22% acumulado en el primer semestre). Mientras que los adelantos de cuenta corriente cayeron 3% en el período. Entre 2008 y 2015 fueron estos últimos los que mostraron el mayor dinamismo. Dado que los documentos están más asociados a gastos de capital (los adelantos suelen utilizarse para cubrir los compromisos corrientes de las empresas), esto ratifica que los créditos están dirigiéndose a inversiones de mayor plazo.
· El segundo dato a mencionar es que detrás del crecimiento de los préstamos vía documentos, fueron las líneas nominadas en moneda extranjera las que traccionaron el avance. Mientras que el crédito en pesos aumentó 10% en el primer semestre (por debajo del alza de precios), el stock en dólares creció 40,5%. En junio de 2017 promedió los US$ 9.800 millones, duplicando el nivel del mismo período del año pasado y alcanzando un máximo desde la salida de la Convertibilidad
· En contraposición, el desafío de extender el plazo de los depósitos está pendiente. Un claro ejemplo es lo que sucede con los instrumentos indexados. Mientras que el stock de créditos ajustados por UVA alcanzó los $ 11.160 millones en mayo, los depósitos indexados rozaron los $ 1.265 millones.
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