Yamana ya fue noticia, ya pasó, como todo en esta provincia, ni un solo dirigente político, oficialista o de la oposición dijo nada al respecto, en realidad no han dicho nada desde hace años y quizá por eso están donde están.
La delegada de los trabajadores dijo en su página de Facebook “Como esta basura de empresario Daniel Sadrinas no quiete pagar el 100% de la indemnización de los compañeros que dejó en la calle, tomamos el ministerio de la Provincia”.
Y allí están ellos y la burocracia, ellos y el relato, ellos solos sin que desde ningún otro sector se haga algo al respecto, ya no solo por Yamana, sino por el resto de la industria, nadie tiene idea de hacia dónde vamos. No hay una palabra sobre la política económica de Nación, y nadie dice algo coherente, algo importante, cual es el plan, el proyecto, el proceso para salir de esta debacle, ocultada hasta el hartazgo, pero vivida en cada sector que uno se ponga a buscar.
Un puesto laboral por día, se pierde en el comercio de Rio Grande, las ventas han caído casi un 45% y no es de ahora tampoco, y se debe a que no hay aumentos salariales en la administración pública provincial desde marzo de 2016, el consumo cayó estrepitosamente, a partir de la pérdida de 7000 puestos de trabajo en este año y medio y tampoco le movió el amperímetro a nadie.
El gobierno adeuda más de 200 millones de pesos a los Municipios de Ushuaia y Rio Grande, tampoco hay respuesta sobre este tema.
La situación es muy clara, nadie dice nada porque se entró en la etapa donde el salario no es un derecho, sino un favor y por tal motivo ni se les ocurre hacer un reclamo, mas allá de cierta dirigencia gremial, de la que no pienso hacer comentarios, porque creen o que los van a echar, o los van a “marcar”, o van a quedar “pegados” y también hacen realidad aquello de “más vale pájaro en mano que cien volando”.
Aquí todavía hay gente que cree que no le va a tocar, que si esta en gobierno está salvado y si está en el privado también, que la política económica nacional es del Estrecho para allá, y acá somos un país aparte, que la ley solo cubre a las fábricas, y tantas otras cosas que ignoran o conviene no saber, para evitarse de esta manera proyectar algo a futuro, planificar, reconvertir.
Es como decimos siempre, solo vivir el día a día y en este proceso se produjo una crisis que solo tiene como antecedente la de 2001.
Yamana ya cerró sus puertas, ni siquiera quiere pagar las indemnizaciones que prevé la ley, solo el 60 % del total, es decir desangrar a los trabajadores hasta el último aliento. Hoy son ellos, mañana podemos ser cualquiera de nosotros, deberíamos comenzar a pensar cómo hacer para que esto no siga avanzando.
