“Cuando uno va a gestar una ley, no se debe olvidar el basamento filosófico que se debe construir para sustentar esa norma, y en este caso no hubo cohesión entre lo espiritual, lo filosófico y lo político”, expresó. En su exposición, Méndez dijo que “esto fue así porque no se produjo un debate de ideas”.
“Lo mejor de las ideas es la pasión y la carnadura de la convicción que podemos poner a esas ideas. Esto es lo único que nos puede elevar la mirada para generar una legislación comprometida con el bien común”, reflexionó.
Finalmente, enunció que “en la Convención Nacional Constituyente (de 1994) junto al Dr. Barcesat tuvimos idea, convicción y pasión, por lo que logramos cosas importantes como elevar a rango constitucional los tratados internacionales. Y también tuvimos ideas, pasión y convicción cuando trabajamos por las autonomías plenas municipales en concordancia con el espíritu de nuestros convencionales provinciales”.