Tomeo está siendo investigado en una causa penal por el juez federal de Quilmes, Luis Armella, a raíz de la denuncia presentada por la diputada Elisa Carrió, quien lo acusó de presunto lavado de activos y de la evasión impositiva de 1000 millones de pesos, a través de sus emprendimientos hoteleros y de la tabacalera Espert, y lo vinculó con el ex jefe de Gabinete kirchnerista Aníbal Fernández.
Las fundadoras de Glisud, Máxima Correa e Ilda Bellusci -dos ancianas indigentes-, son socias al menos en 75 empresas de Delia Teresa Ordoñez, la jubilada de 76 años que constituyó Espert S.A., la tabacalera de Tomeo.
Además, Glisud y Espert están emparentadas por la participación del escribano Horacio Sergio Geller Gorodisch, que intervino en escrituras de ambas sociedades, antes de ser destituido por el Colegio de Escribanos de Buenos Aires, acusado de dedicarse a la fabricación de «empresas fantasmas».
Pero la matriz con que fueron conformadas no es lo único que tienen en común: tanto la firma fueguina como la del empresario que vive en el country «Abril», de la localidad bonaerense de Berazategui, están siendo investigadas por presunto lavado de activos.
Espert afronta la denuncia presentada por la diputada Elisa Carrió, que ya motivó allanamientos y el secuestro de bienes y dinero en efectivo, mientras que Glisud es investigada por la Justicia de Tierra del Fuego en dos causas paralelas: una por la supuesta compra fraudulenta de créditos hipotecarios, y la otra por el origen sospechoso de los fondos que con realizó esas operaciones.
El primero de los casos reveló que la sede de la empresa era un prostíbulo de Capital Federal.
La investigación analizó lo sucedido en un concurso público donde el Fondo Residual del Banco de Tierra del Fuego ofertó para la venta, a fines de 2002, créditos con garantía hipotecaria pertenecientes a deudores de la entidad bancaria.
Glisud se presentó como oferente a través de la apoderada Graciela Teresa D´adamo, una contadora pública que también fue asesora del ex vicegobernador fueguino Daniel Gallo, sindicado como socio de Tomeo.
La justicia fueguina demostró, en primera instancia, que la oferta presentada por D´adamo incluía datos falsos, como por ejemplo el DNI y su firma.
Sin embargo, la propia apoderada declaró como domicilio de Glisud la «avenida Corrientes 1888 e/p, en la ciudad de Buenos Aires», y según pruebas aportadas a la causa por el testigo Víctor Tela, en el lugar funcionaba un prostíbulo ya desde 1997.
La propiedad poseía los números de teléfono 4373-6533 y 4375-3474, y la titular de esas líneas ante la empresa telefónica era la propia D’adamo.