La ardua construcción de una mayoría de votos para sostener la pulseada

El oficialismo sumó a legisladores de provincias gobernadas por la oposición. Y también «cooptó» a diputados peronistas derrotados en las últimas elecciones.

La ofensiva oficialista para hacer ley la reforma del Consejo de la Magistratura fue la primera batalla del bloque kirchnerista de Diputados por un tema estrictamente político, tras los polémicos logros de la misma bancada, en diciembre, respecto de herramientas de política económica vitales para la estrategia de gestión del presidente Kirchner.

Tal vez pueda resultar curioso que conseguir el número necesario para aprobar un proyecto como el que modifica la composición y el funcionamiento del Consejo de la Magistratura le haya exigido a la representación del Gobierno en Diputados más esfuerzos que los que necesitó para esos temas económicos.

Hay que recordar que, en ese momento, los operadores del oficialismo consiguieron el aval al Presupuesto para el 2006, a la prórroga sin modificaciones de impuestos —incluida la cada vez más discutida continuidad del piso de Ganancias para los asalariados—, al no menos conflictivo pago total de la deuda con el FMI, y a la también muy controvertida prórroga de la Emergencia Económica.

Cada uno de esos temas generó amplios y duros debates, y muy discutidas interpretaciones reglamentarias de parte del oficialismo. En cada uno de esos temas estaba en juego buena parte de los ejes estructurales de un modelo que, en lo discursivo, se pretende como la alternativa al que signó la década del 90.

Con toda esa carga, las correspondientes leyes fueron aprobadas en el tiempo exigido por el Ejecutivo, pese a que para algunas se requerían mayorías calificadas, como sucede con la del Consejo de la Magistratura. Para conseguir esos resultados fueron clave los apoyos logrados de parte de sectores de la oposición.

En cambio, en el mismo mes de diciembre, el kirchnerismo debió resignar su intención de hacer aprobar en Diputados la reforma del Consejo de la Magistratura, luego de que Cristina Fernández de Kirchner impulsara con éxito el tema en el Senado.

Para enfrentar este primer gran desafío de orden estrictamente político, el oficialismo debió darse un plazo bastante amplio, destinado a «construir» la mayoría de 129 votos a favor exigida por el rango constitucional del tema de la Magistratura.

Tal como viene sucediendo desde la misma asunción de Kirchner como Presidente, esa «construcción» oficialista tuvo como metodología fundamental la de la cooptación.

Los objetivos principales de la tarea de los operadores kirchneristas fueron, por un lado, legisladores de la oposición de provincias con gobernadores también opositores, condicionados por el control que tiene el Gobierno sobre los recursos de los que dependen las provincias.

Por el otro, los diputados de los sectores del justicialismo derrotados en las elecciones de octubre pasado, muchos de los cuales están a la búsqueda de un nuevo alineamiento.

Esta estrategia, que consiste básicamente en operar sobre los sectores de la oposición más débiles en cada coyuntura, será una constante en la necesidad del oficialismo de garantizar el quórum o las mayorías propias para cada tema difícil.

Diario Clarin

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